miércoles, 1 de agosto de 2007

Ramsés


Pese a que no soy una amante de los animales, este mensaje es una dedicatoria al gatín que sale en la foto. ¿Su nombre? no podría ser otro mejor: Ramsés, como el gran faraón egipcio o los grandes porque hubo más de un Ramsés. Así que, el mensaje de hoy queda dedicado para Ramsés y sus dueñas, Sara y Kela.
Los gatos han sido animales históricos. Elegidos por muchos colectivos antiguos, en la sociedad egipcia el gato era un animal sagrado. Cuentan los antiguos textos que la diosa Bastet ayudó al dios supremo Ra a librarse de una serpiente, hija suprema del mal, encarnado en el dio Seth, y para ello Bastet tomó la forma del gato. Hay otras creencias sobre la importancia del gato como animal sagrado egipcio, como que Ra tomaba su forma cuando bajaba a la tierra. Es más, en la antigua Heliópolis se le representaba con rostro de gato y las pupilas de su estatua, que dominaba el templo, se dilataban o encogían según la posición del sol, permitiendo así la determinación de las distintas fases del día, las horas.
Pero el primer mito es el que toma más relevancia. Tal es así, que la diosa Bastet era representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato, y representaba todo lo referente a lo femenino como la fertilidad, el amor, la alegría, la maternidad, la guardiana del hogar y tener el poder en su mirada con la que enamoraba a los hombres; además podían ver el interior de los hombres para intuir sus acciones.
Otro aspecto importante de la presencia del gato en la sociedad egipcia es su presencia en la noche. Este animal, al igual que las sacerdotisas, adoraban a la luna a la que le rendían cultos con danzas sensuales (de ahí muchos movimientos de la danza del vientre, los que dan culto a la luna, y algunos que imitan los movimientos del gato).
La importancia del gato en la sociedad del Antiguo Egipto era tal que hasta los momificaban para asegurarse que una vez muertos seguirían gozando de una vida fructífera en el mundo reinado por Bastet, a la que a su vez se la elogiaba sacrificando a esos mismos gatos que después se momificaban. Y, ¿queréis saber una curiosidad más? Al igual que en Asturias al recién nacido s ele regala un puño de azabache para protegerlo, ya en el antiguo Egipto a los recién nacidos se les obsequiaba con la esfinge de un gato para que éste lo protegiera de todo mal, al igual que hacía en las cosechas de las riberas del Nilo, a las que los gatos cuidaban de ratones.
La relación de la sociedad egipcia con los felinos es tan grande que se podrían escribir libros. Escritos sobre su culto, sus sacrificios, sus mitos y creencias, e incluso las rigurosas leyes impuestas para todo aquel que osara a matar un gato fuera de un ritual. Pero eso será otro día.

2 Comments:

Saruka said...

oohhhhhhh,gracias x la dedicatoria truuuuu. Ramsés tb t da las gracias. Es increíble como los egipcios adoraban a estos animalucos, con lo canallas q son (tngo ls brazos abrasaos...) Sin duda nuestro viaje a Egipto nos servirá para familiarizarnos aun más cn esa maravillosa cultura. besos

Estefanía S.Redondo said...

mmmmmmmmmmmmmmmmm Viaje a Egipto. Será mi primer sueño hecho realidad, lo sabes ¿verdad? lo tienes q saber con por lo pesada q soy con este tema, pero....es mi perdición; bueno Egipto y....otro que se viste de rojiblanco jejeje
Bss