miércoles, 8 de agosto de 2007

NoS vemoS en laS eStrellaS

- Al fin llegó el verano.

Fueron las palabras que me dije a mi misma cuando levanté aquella mañana la persiana. Tras la ventana de la cocina se veía a un grupo de niños jugando en el parque, y en un banco próximo ellos sus madres conversaban sobre algún asunto sin importancia. A lo lejos de veían unas nubes que se acercaban con la intención de ocultar al sol. Sin darles tiempo a ponerse sobre Ra, tomé una bolsa, metí una toalla, la crema para el sol, un libro para engañar el aburrimiento y bajé las escaleras que se ahogaban en la arena de la playa.

Allí, los más madrugadores ya exponían sus cuerpos, muchos de ellos sin mostrar complejo alguno. Busqué un hueco apropiado y me tumbé en mi toalla. El sol apretaba y como mejor se estaba era mirando hacia el mar, que aquella mañana daba los buenos días con una agradable brisa.

No tardé mucho en jugar con la arena que somaba por el borde superiorde mi toalla. Líneas sin sentido, círculos interminables y alguna que otra palabra que se dejaba cubrir por los revoltosos granos de arena que levantaba la brisa. Cansada del juego y complicidad del poco aire que corría y al arena escarbé un poco la superficie, lo suficiente para topar con algo que aún hoy llena mis tardes vacías de pensamientos misteriosos.

Antes de que mi mano quedara completamente dentro del hoyo, rocé con la yema de mis dedos algo liso y suave. El tacto me decía que no se trataba de un plástico o de ninguna otra porquería. Invadida por la curiosidad aparté deprisa la arena que aún ocultaba lo que tocaba. Y al fin lo ví.

No me había equivocado, no era un plástico ni ninguna otra porquería, era un sobre que dentro parecía guardar algo. Sin duda alguna, aquello era una carta que no había llegado a su destino o sí.

Abrí el sobre y extraje el papel perfectamente doblado. Parecía un papel viejo con color amarillento, señal del paso del tiempo. Con cuidado para que no se rompiera fui desdoblando cada doblez hasta que pude leer la fecha:

En algún lugar, a 11 de Mayo de 1978
Aquella misiva había sido escrita hacía muchos años y yo sería la primera persona que la leería en todo aquel tiempo:
No importa donde te encuentres, no importa con quién.
Cuando sientas estar perdido y sin saber a dónde ir
alza la vista y mira donde los grandes Reyes descansan.
Ellos te guiarán en tu camino y ellos mismos te unirán a los seres queridos
porque el manto estrellado del universo es el mismo para todos.
Cuando te encuetnres solo o no sepas qué hacer, alza la vista.
Nos vemos en las estrellas.

1 Comment:

Anónimo said...

Aki Marcos. Probando, probando, un, dos....ehhhh, si, parece q esto funciona....

Si no las canta ella, las cantamos nosotros, no te preocupes :P, jajajaj