martes, 4 de septiembre de 2007

DíaS de RaDio

Llovía. El continuo tintineo de las gotas golpeando la ventana del estudio lo confirmaba. No le daría tiempo a llegar. Sabía que por mucho que pisara el acelerador de su coche no llegaría a tiempo al aeropuerto para verlo por última vez, y eso que él no se lo merecía. Cinco meses después de no tener ninguna noticia suya, la había llamado para decirle que se iba a trabajar al extranjero y sin fecha de vuelta. No había pronunciado ni una palabra cariñosa, no mostró ningún signo de afecto en sus palabras, sólo un 'adiós' frío y distante, como a él le gustaba mostrarse.

No podía ser que se fuera sin más, no así, sin despedirse, sin desprenderse de esa máscara donde ocultaba todos sus sentimientos porque en el fondo ambos sabían que había algo, una sensación extraña que los atraía, si no ¿cómo podía explicarse los más de cuatro años de relación?

Chico duro ante la sociedad, pero débil y cobarde ante sus verdaderos sentimientos. Ella había aprendido a no preguntarle nada, a no pedirle ninguna explicación para que él no se enfadara. Aunque últimamente se enfadaba por todo y por nada, cualquier broma, cualquier gesto,...todo le molestaba de ella, pero nunca dijo el porqué. Por qué a ella que había dejado tanto por él; por qué a ella que había perdido todo su orgullo ante las numerosas ocasiones que él la había humillado; por qué a ella que sin quererlo había aprendido a dejar los sentimientos de un lado cuando lo veía con otras para aprender e imitar lo que a él le gustaba de ellas. Luchó por ser perfecta para él y lo único que consiguió fue un adiós seco.

No llegaría. Aún le quedaba trabajo por hacer y atravesar toda la región para llegar al aeropuerto y casi era la hora del vuelo. Ya no volvería a tocarle ni a besar sus labios; ya no lo escucharía más susurrar sus dulces palabras cuando la oscuridad los rodeaba, aquellos susurros que podía volver a oír si cerraba los ojos.

- Toc-toc

Un golpe en el cristal de la pecera la rescató de él por un instante y la luz roja se iluminó. Estaba en el aire.

3 Comments:

Anónimo said...

Cuánta razón hay en esas palabras, y qué poco me cuesta imaginar esa situación... Algunas veces es bueno saber que más gente vive lo mismo que tú :-)

A pesar del alcohol, lo que te dije ayer es verdad, ni se te ocurra quedarte en casa, eh? bss

Pher

Saruka said...

¿Sabes por qué? Él sí:
Porque si pudiese querer, te querría.
Siempre hay algo... esta vez, estabais en el aire al mismo tiempo.
besin

Saruka said...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.